Si hay un monumento que un visitante no puede perderse en Atenas, ese es la Acrópolis. Pero ¿qué ocurre con la zona que se extiende a sus pies y cuyo nombre aparece cada vez más en las listas de zonas cool de la capital griega?
Kukaki es un barrio pequeño que a la vez consta de tres partes diferenciadas: Acrópolis, Fix y la calle peatonal Georgaki Olimpíu [01] (o Pedikí Jará, los columpios/canastas que hacen las veces de plaza), alineadas en progresión turística descendente.
Calle peatonal Georgaki Olimpíu
Kukaki ha sabido hacerse su hueco en la ciudad gracias a un factor principal: se trata del centro natural para gran parte de la actividad turística, dada la proximidad de varios de los lugares más visitados: la Acrópolis, sí, pero también las Columnas de Zeus Olímpico [02] (wikipedia), el paseo de Dionisíu Areopayitu [03] (wikipedia), la colina de Filopapos [04], sin perder la cercanía al centro absoluto de la ciudad (Síndagma [06] se halla a un cuarto de hora escaso a pie y Plaka [05] es el barrio contiguo).
Calle peatonal Georgaki Olimpíu
Al mismo tiempo, está muy bien comunicado (metro en Acrópolis [07] y Fix [08], paradas de tranvía en la avenida Calirois a la altura de Acrópolis – parada Vuliagmenis [09] – y de Fix [10]), y una amplia red de autobuses que pasan por la gran arteria que constituye la avenida Singrú; este es un factor que no hay que menospreciar, porque hace unos años – y aun ahora – no era algo que se pudiese decir de cualquier zona de Atenas.
La crisis económica de 2008 tuvo un efecto catalizador en el barrio. Ya se había hecho popular hasta cierto punto, pero la penuria que asoló el país echó también el cierre a gran cantidad de negocios de la zona. Durante un par de años, los escaparates de Veiku presentaron un paisaje desolador; pero, al cabo de un tiempo, empezaron a florecer nuevas empresas, encabezadas por jóvenes emprendedores que decidieron jugársela. A la mayoría, su osadía le reportó dividendos y la zona empezó a desarrollarse; en especial, por supuesto, el sector de la restauración, que encontraba a un turista sediento de nueva oferta y cansado de «lo de siempre».
Calle peatonal Dionisíu Areopayitu
Kukaki, sin ser una zona exactamente «bonita», cuenta con ciertas perlas arquitectónicas en su haber, y eso también juega a su favor: es indudable que pasear por Dionisíu Areopayitu y contemplar los edificios que la adornan calma los nervios de cualquiera. Entre dichas perlas, en el número 21, se halla la Embajada Española [11], en un edificio neoclásico del arquitecto Ziller, cuya obra se halla dispersa por toda Atenas. La mayor parte de los edificios que lo rodean datan de la década de 1920 o 1930, y merecen nuestra admiración.
Dignos de destacar son también la sede de la Fundación Filantrópica Meropio [12], que opera desde 1914, el Instituto Sueco de Atenas [13] o el Museo de Joyería Lalaunis [14], pero no olviden callejear: encontrarán rincones maravillosos en las calles Parcenonos, Sajaritsa, Filopapu y Tsami Karatasu (no se pierdan la casa de la hija del compositor griego Mikis Theodorakis, decorada con azulejos de Mordillo), donde también se halla el Museo de los Sentimientos [15], un lugar curioso de visitar, sobre todo si van con niños.
No hemos mencionado lo más evidente: el Museo de la Acrópolis [16] y el Museo de Arte Contemporáneo [17], situado cada uno en una parada de metro: Acrópolis y Singrú-Fix. Creemos que ninguno de los dos necesita presentación y que ambos son visitas imprescindibles de la ciudad, por lo tanto no nos extenderemos más.
Para seguir alimentando el espíritu, nada mejor que visitar también las dos o tres librerías de la zona: Librofilo &Co. [18], The Book Garden [19] y Little Tree [20], que además de librería es café. Los tres son establecimientos muy vivos que organizan con frecuencia presentaciones de libros y clubes de lectura.
En Kukaki también podremos encontrar numerosas tiendas para todos los gustos: joyería, cerámica y ropa son tres de los sectores más representados, y tenemos propuestas que hacer, aunque un paseo por las calles de Veiku y Dimitrakopulu les dará idea de la gran oferta que hay. En cuanto a ropa, no se vayan sin visitar Lovecuts [21], original tienda de confección propia que además trae algunas prendas de otras marcas, por ejemplo Namasté. Otras paradas que merecen la pena son Ku.ku [22] y Area Concept Store [23]. También están Zacharoucho [24] (se pronuncia Sajarújo), con ropa de segunda mano, y The Lab T-shirt [25], con camisetas y calcetines cuya querencia punki les arrancará sin duda una sonrisa.
Una incorporación relativamente reciente, pero muy valiosa, es la tienda Pistachio Land [26], situada en la calle Lembesi, muy cerca del metro de la Acrópolis, donde encontrarán gran cantidad de productos derivados del delicioso pistacho de la isla de Egina (se pronuncia Éyina), además de pistachos en sí, por supuesto. Una gran idea para regalar (o para darse un capricho).
En cuanto a la joyería, One tool three [27] es para nosotros la campeona, pero encontrarán muchas más: Both Jewellery Studio [28], Darto [29] LaJOYa [30], por ejemplo. En cuanto a cerámica, Little Pot [31], Mon Coin [32] o Trabala [33] son los sitios más destacados. Si tienen que hacer un regalo a un niño, no se pierdan tampoco Vintage Lovers [34], tercera sucursal de la tienda, ya presente en Jalandri y el barrio de Cefisia.
Y si quieren llevarse un recuerdo en forma de botella, no dejen de pasar por En Fiali [35], excelente whiskería-vinatería-bodega que podrá proponerles multitud de bebidas nacionales y extranjeras.
Otro mérito de Kukaki es reunir tres excelentes panaderías en tan poco espacio. La primera y más conocida es Takis [36], en la zona de Acrópolis; después está Mamá Psomí [37], en la zona de Fix y, por último, encontraremos Rizos [38] (Risos) en la zona de la calle peatonal de Olimpíu. Las tres son tan buenas que no les resultará nada fácil elegir. En este apartado tenemos también que reseñar el Fika [39], ya tirando hacia Neos Kosmos, establecimiento especializado en croissants y verdaderos maestros del género, damos fe (prueben el rollo de cardamomo, se les saltarán las lágrimas).
Fika coffee & croissant
Pero seguramente después de tanto deambular necesiten un pequeño refrigerio. Como comprenderán, una zona tan concurrida cuenta con una oferta innumerable, para todos los gustos y todos los bolsillos. Aquí nos limitaremos a consignar solo los establecimientos por los que ponemos la mano en el fuego.
Por ejemplo, el Mani Mani [40], situado en el primer piso de un edificio neoclásico de la calle Faliru, que fusiona la comida tradicional de la zona de Mani con una gastronomía más refinada. El resultado es explosivo, pero no se olviden de reservar, porque si no no encontrarán mesa, a pesar de que en Grecia lo de reservar todavía no es imprescindible. Tanto ha sido el éxito de este restaurante que hace unos años abrió «su hermanito pequeño», el Dirty Mani [41], dedicado al street food y en concreto a los típicos suvlakis, pero reformulados según los preceptos de la alta cocina.
Mani Mani
También cabría destacar el Materia Prima [42], wine bar que ha sabido destacar a pesar de la gran competencia en el centro de Atenas,
Materia Prima
y el restaurante Balcony [43], que trabaja con productos locales para ofrecer tradición una experiencia gastronómica inspirada en la tradición.
Balcony
Otra opción muy cómoda (dado su privilegiada situación, en plena calle peatonal de Macriyanis, frente a la salida lateral del Museo de Acrópolis) es Elaea Wine&Dine [44], un sitio agradable para picar algo (tanto carne como pescado). Su dueño, Yanis, es de lo más simpático.
Un poco más allá, en la frontera con el barrio de Petrálona, nos encontraremos también con el cruce entre taverna tradicional y restaurante moderno Kouvelos [45]: su cocina es excelente, al igual que la relación calidad-precio, y cuenta con un hünkar begendi para chuparse los dedos.
Kouvelos
Pero si lo suyo es el street food, está de suerte: en Kukaki los locales son pequeños, así que algunas de las mejores propuestas son sitios que no cuentan con demasiado espacio para comer.
Por ejemplo, el Tuk Tuk Thai Street Food [46], donde apenas hay dos o tres mesas. Pese a todo, las enormes colas que se forman les darán una idea de lo buenísima que está la comida. Y además cuenta con el mérito de ser el primer restaurante tailandés no prohibitivo que abrió en Atenas.
Tampoco podemos dejar de mencionar Mama Tierra [47], un paraíso vegan (como dice la propia página) que cuenta también con otro restaurante en el centro y cuyos deliciosos platos no tienen nada que envidiar a ninguna hamburguesería, suvlaquería, etc.
En diagonal encontrarán también la bocadillería Guarantee [48], cuyo nombre lo dice todo: el señor Yanis y su familia sabrán asesorarles para que degusten un bocadillo para chuparse los dedos, y es que no les será fácil elegir entre la gran variedad de quesos y embutidos de todo el mundo con que cuenta, a pesar de su diminuto tamaño. Podrán acompañarlo con un maravilloso zumo hecho a medida. Y otra propuesta estupenda es To Revithi [49] (pronunciado To Revici), donde podrán hacerse con uno de los mejores falafel de la ciudad, sin duda (eso sí, tendrán que comérselos sentados en un banquito, porque no tiene mesas).
Pero, hayan comido lo que hayan comido, el postre es uno y solo uno. No se vayan sin probar el helado de Django [50]; para muchos, el mejor helado de toda la ciudad, hecho con frutas e ingredientes de temporada. Una delicia.
Y, si después desean tomar un café (o un gin tonic, según vaya el día), tendrán dónde elegir. Seguro que para entonces ya han pasado por algún barecito que les ha cautivado, pero, si no es así, también podemos proponerles alternativas: si lo que desean es coger una café para llevar y seguir paseando, pueden pasar por el Dive [51],
Dive
donde podrán elegir variedad de café, así como método de preparación (filtro, expreso, y más), o también por el Terra Carpo [52],
TerraKarpo
donde por la mañana los clientes hacen cola para comprar el imprescindible cafecito que nos abra los ojos, y donde también podrán hacerse con frutos secos recién tostados, barras de cereales y demás exquisiteces.
Si lo que desean es sentarse, una de nuestras cafeterías preferidas es el Salute [53], all day bar, como casi todos en Grecia, el Mpampas [54] (pronunciado Babás) o la spritzeria Drupes [55], además del Fratti [56],
Fratti Bistro
que funciona durante todo el día como bistrot y especialista en cócteles, pero de todas formas en cualquiera de las dos calles peatonales del barrio (Draku y Olimpíu) encontrarán cafés, bares y tabernas para todos los gustos… ¡no en vano Kukaki es el barrio de moda!