Las islas Espóradas, diamante turístico de Tesalia
Skiathos, la isla del escritor Papadiamandis, que quizás cuente con las mejores playas del país, Skópelos, la isla de Mamma Mia, famosa por su calidad y por ser ideal para vacaciones en familia y Alónissos, con sus focas Monachus monachus, con el pecio visitable Peristera y su hermosísima Paliá Jora, otorgan un valor añadido al producto turístico de Tesalia.
La región de Tesalia ha tomado la decisión de promover y dar a conocer a todo el mundo las bellezas y emociones que pueden ofrecer estas islas.
Las Espóradas son prácticamente una miniatura de casi todos los elementos que componen Grecia, y el visitante, una vez terminado su viaje, comprobará que ha vivido experiencias inolvidables en el tiempo, experiencias que hacen nacer el deseo de regresar.
Mitología, historia y cultura, gastronomía y productos únicos, destilados sin igual, fenómenos geológicos únicos, belleza natural incomparable, playas y pueblos pintorescos que guardan una completa armonía tanto en invierno como en verano, islas color esmeralda con infraestructuras turísticas modernas y de calidad, iglesias y monasterios que hipnotizan con su arquitectura.
Todo eso, pero sobre todo la generosa hospitalidad de sus habitantes, son los pilares de nuestro intento.
Dimitris Kouretas
Gobernador de Tesalia
Un viaje, una experiencia
Su nombre, que conserva desde la antigüedad, procede de su paisaje natural. De acuerdo con los expertos, la raíz «skiá» (sombra) se debe a la cantidad de bosques que cubren la isla. Está poblada desde el s. X a.C. y desde entonces no ha dejado de asombrar y cautivar a quienes la pisan, desde los exploradores y cartógrafos venecianos y holandeses hasta los veraneantes de hoy en día.
Para descubrir Skiathos hay que conocer sus secretos. Las palabras se quedan cortas ante esta isla única, cubierta en sus dos tercios por «bosques de especial belleza natural» y con una línea costera que es un monumento de la naturaleza. Entre las playas más famosas y concurridas se hallan Lalaria, Kukunariés y Mandraki, pero la mayoría de las 67 con que cuenta la isla siguen intactas, inmutables y tranquilas incluso en pleno verano. Dado que la costa cubre casi todo el perímetro de la isla, cuenta con todo tipo de litorales: con arena, negra o dorada, de guijarros, abruptos y con algas de colores, y aguas cristalinas como las de la Odisea…
El interior de Skiathos es mágico y cuenta con una red de caminos de casi 200 kilómetros que atraviesa desfiladeros de ensueño, cataratas y plátanos de agua, pero también encuentra a su paso monasterios, monumentos bizantinos y ermitas para llegar a calas doradas.
Sus monumentos son de lo más interesante: Kefala, único sitio arqueológico de las primeras épocas históricas en las Espóradas hasta ahora, cuenta con evidencias de poblaciones del s. X. En la zona norte de la isla reina Kastro (Castillo), donde se instalaron los oriundos de la zona a mediados del s. XIV, tras abandonar la ciudad actual para salvarse de las incursiones de piratas, turcos y venecianos.
Si dan un paseo por la ciudad, «piérdanse» por el barrio de Plakes, con su suelo empedrado y sus típicas capetanóspita (casas de capitanes de barco), cuya conservación viene marcada por la ley. Una visita obligada es la Casa-museo de Aléxandros Papadiamandis, así como Burtzi, el mascarón de proa de Skiathos, donde se halla en Museo de Tradiciones Navales y Culturales, a través de cuyas colecciones se puede recorrer la importante historia naútica de la isla.
Los testimonios de Seferis y Elitis nos dejan con la boca abierta: Yorgos Seferis visita Skiathos en 1930 y la describe en sus Días. Cuarenta y nueve años más tarde, Odiseas Elitis encuentra inspiración en su belleza natural y crea un collage con sus paisajes, llamado Ensueño. A pesar de que algunos escritores dieron con las palabras adecuadas para plasmar su hermosura, la experiencia, no obstante, supera las descripciones más locuaces. Skiathos, encantadora y llena de contrastes, se encuentra en gran parte tal como la dejó Aléxandros Papadiamandis y como la describe en sus narraciones.
Más allá de vacaciones «clásicas» con chapuzones en sus maravillosas playas color turquesa, paseos por callejuelas pintorescas y una intensa vida nocturna, la isla constituye un destino turístico muy apreciado para quienes desean unas vacaciones alternativas y buscan, además del descanso, el bienestar y los monumentos, pero también la experiencia única que ofrecen la naturaleza y sus «productos», su cultura religiosa y las infraestructuras especializadas del turismo.
La isla es perfecta para la observación de aviones, para el turismo gastronómico y marítimo (vela, navegación, cruceros), y también para el submarinismo: su fondo marino mágico los dejará con la boca abierta.
Los amantes de la naturaleza y del senderismo podrán descubrir a través de 25 recorridos (caminos con señalización de entre 1 y 6 horas) un entorno natural virgen y lugares idílicos que ofrecen una maravillosa vista panorámica y son ideales para descansar o hacer un picnic.
La fantástica playa de Kukunaries es famosa por su bosque, que llega casi hasta el mar, pero también por la marisma de Strofiliá (dentro de él), un biotopo acuático que hoy en día es zona protegida.
Skiathos es una isla moderna, pero conserva costumbres centenarias. Además, la mayoría de ellas las ha adaptado a la vida cotidiana de los habitantes y de los visitantes. La Pascua conserva el misterio y la devoción y los visitantes podrán disfrutar de las celebraciones tradicionales en las calles empedradas de la capital
Skiathos es una isla llena de vida, de una belleza auténtica y llena de diversidad. Descúbranla, no se arrepentirán.
